Trataré de explicarlo con una metáfora fácil de comprender: un tren recorre su camino realizando paradas en sus diferentes estaciones, y de esta forma, los viajeros pueden subirse o bajarse en la estación que les corresponda. Imaginemos que este tren, en lugar de pasajeros, transporta a la onda viajera (onda mecánica) y que, a lo largo de la Vía Auditiva, irá haciendo paradas en cada una de sus estaciones. De esta manera cada parte de la onda sonora (los viajeros) podrá bajarse en su estación correspondiente registrándose así la información acústica y, si esta información está completa y se registra correctamente, la onda viajera continuará su camino hasta llegar a su destino final: la Corteza Auditiva Primaria situada en el Lóbulo Temporal del Cerebro humano.
Una vez en el cerebro, será éste quien la clasifique y la envíe a su área cerebral correspondiente para que así podamos comprender e integrar esta información auditiva, con el fin de poder comunicarnos a través del lenguaje oral con otras personas.
Los Potenciales Evocados Auditivos (PEA) muestran lo que ocurre en cada una de esas estaciones de la Vía Auditiva. Se trata de una prueba electrofisiológica objetiva en la que no se necesita la colaboración del paciente.
Consiste en colocar unos electrodos en la cabeza del paciente y una sonda en el Conducto Auditivo Externo (CAE) a explorar, emitiendo un estímulo sonoro a diferentes intensidades y midiendo la respuesta electrofisiológica de las estructuras de la Vía Auditiva con ventanas temporales en milisegundos.

¿Cuáles son las estaciones de la Vía Auditiva?
En total se pueden diferenciar siete:
1. La primera registra la información en la primera sinapsis neuronal entre la Cóclea (caracol del oído) y el nervio estatoacústico, se representa mediante la onda I.
2. La segunda estación, reflejada por la onda II, se localiza en los Núcleos Cocleares (NC).
3. En la tercera estación, la onda sonora se encuentra con el Complejo Olivar Superior (COS), onda III.
4. La cuarta estación (onda IV) se realiza en el Lemnisco Lateral (LL).
5. La quinta estación se sitúa en el Colículo Inferior (CI), se representa mediante la onda V y es, posiblemente, la estación más importante de la Vía Auditiva.
6. En la sexta (onda VI) la onda sonora llega hasta el Cuerpo Geniculado Medial (CGM).
7. Por último, el tren llega a su destino final con la séptima parada, representada por la onda VII, ya en el Tálamo (Cortex Auditivo).
¿Cómo se clasifican los PEA?
Los PEA pueden clasificarse según la ventana temporal que registren en corta, media y larga latencia.
Los PEA de corta latencia son la Electrocoleografía que mide la ventana entre los 0 y los 2 primeros ms y los potenciales de tronco (PEATC) que, aunque miden desde el nervio auditivo hasta casi el Tálamo, solo interesa la ventana temporal de los primeros 10 ms de sonido (hasta el mesencéfalo). Es decir, con los potenciales de corta latencia se registra lo que ocurre con la información sonora de la primera a la quinta parada del tren (ondas I, II, III, IV y V).
Los potenciales de media latencia (PEAML) registran desde el mesencéfalo hasta el cortex auditivo, situándose en la ventana temporal de 10 a 100 ms.
Y por último los potenciales de larga latencia (PEALL) registran la información desde el Cuerpo Geniculado Medial (CGM) hasta la corteza auditiva primaria, mostrando la ventana temporal entre 80 y 300 ms. Aunque su ventana temporal llega hasta los 1000 ms, las pruebas más específicas que se realizan son los P300 y MMN. Cabe destacar la importancia de estos ya que permiten evaluar el sistema nervioso auditivo en su relación con procesos superiores más complejos como la atención y la memoria, entre otros.
Los de más utilidad son los PEATC, y dentro de ellos se pueden diferenciar unos más específicos que son los de estado estable (PEAee) que sirven para estimar el umbral auditivo del paciente de manera objetiva.
¿Qué ocurre si hay un trastorno en algún punto de la Vía Auditiva?
Si la vía por la que viaja un tren presenta algún obstáculo que impide su paso, el tren no podrá llegar a su destino. De la misma forma, a medida que la onda viajera asciende por la Vía Auditiva, si la información no se registra correctamente porque existe algún daño o patología en las estructuras implicadas en este proceso, la información auditiva no llegará a la corteza Auditiva Primaria, al menos parte de ella, lo que dará lugar a una mala integración y a un mal procesamiento de la información. Entonces estaremos ante un trastorno o déficit del Procesamiento Auditivo Central (TPAC).
En definitiva, los PEA sirven para dar información sobre el estado funcional de las estructuras de la Vía Auditiva completa y poder así descartar o no una posible patología auditiva o daño en las mismas. Son de especial utilidad en pacientes que no se pueden comunicar correctamente, como por ejemplo trastornos neurológicos (demencia, Alzheimer, parálisis, etc) y en niños prelocutivos. Son parte del cribado neonatal.
Tania García Tamurejo
Audióloga Clínica
Centro Auditivo CAAB